viernes, 21 de noviembre de 2008

Dejamos Chinatown cargados con nuestras compras y encaminamos nuestros pasos hacia el Village. Ya éramos diez los Apóstolos en Nueva York y hoy era nuestro primer día juntos y como había quedado claro por la mañana resultaba más difícil movilizarse. A esta hora ya llevábamos un par de hora de retraso sobre nuestro plan inicial. La lluvia nos había dado un respiro y en grupos íbamos recorriendo antiguos caminos llenos de árboles que evidenciaban el origen rural de la zona. Pronto llegamos a Washington Sq. Park y nos sentamos a disfrutar de la actuación de cómicos y músicos callejeros que a esta hora llenaban la plaza y utilizaban la fuente sin agua como escenario de sus actuaciones. A pesar del espectáculo, la tarde húmeda animaba a estar en movimiento por lo que pronto decidimos reanudar el paseo pero ya con la pereza de quien tras un duro día de trabajo se acomoda en el sofá de su casa. Recuerdo a Enrique siempre unos pasos más atrás del grupo como el pastor que a distancia cuida de su rebaño mientras inmortalizaba con su cámara de video recién adquirida cualquiera de nuestros movimientos Yo estaba impaciente por poder acercarme a la tienda de Ed para comprar mi cámara, ya era el cuarto día en Nueva York y en cuanto terminara la visita al Village iría a recoger mi encargo. Sole a quien la zona resultaba encantadora, ojeaba la guía de viaje con afán de hacernos partícipes de cada detalle interesante del barrio; no es casual la reputación que tiene el Village de ser un enclave creativo, cuyas calles fueron testigo del nacimiento del movimiento beat y más recientemente de lo que hoy en día se conoce como el movimiento en favor de los derechos de los homosexuales, y así nos iba enumerando cada uno de los cantantes, escritores y pintores expresionistas norteamericanos que dejaron huella en el barrio. "....Bob Dylan cantó sus primeras canciones junto a la fuente de Washington Sq.......... " ....Quiero una coca-cola........." contestaba uno "...En esa casa vivió Mark Twain...." "...Qué bolsos los de aquella tienda..." decía otra "...La New York University se creó aquí en 1831....." "...Necesito un pis...." pensaba la mayoría Y como cuando en 1916, el artista Marcel Duchamp subió a lo alto de la escalera interior del Standford White Arch que preside la plaza y declaró el parque como " República Libre e Independiente de Washington Square" cada uno de nosotros proclamó su propia república y decidió que para el resto de la tarde cada cual haría su santa voluntad. De nada sirvió que Sole insistiera en evitar pararnos de nuevo y recorrer Christopher St antes de que la lluvia que ya amenazaba hiciera de nuevo acto de presencia. Una vez que lloviera sería buen momento para ponerse bajo techo en cualquiera de las cafeterías que poblaban la zona. A mi me pareció una idea fantástica más cuando estaba ansioso por terminar la visita y acercarme a por mi cámara, pero camino del edificio con la fachada más estrecha de Nueva York, el grupo fue perdiendo elementos hasta quedarse reducido a tres: Sole, Eloy y yo. Ya de vuelta por Christopher St. irían apareciendo el resto con la intención de fotografiarse delante de la fachada y hubo de nuevo que esperar. Empezaba a impacientarme este cambio continuo de planes y estar siempre pendiente de donde estuvieran los demás. Llegamos a un mercado callejero y cada cual se puso a buscar entre los puestos, una vez que eche un vistazo a todas las mercancías, decidí que era buen momento para ir a buscar mi cámara y así se lo comuniqué a mis amigos que andaban probándose gafas de sol a diestro y siniestro. Tomé el metro y con la ayuda de varios pasajeros conseguí llegar al andén que me llevaría directamente hasta la estación de la Biblioteca Pública. Al salir al exterior estaba diluviando y a la carrera me acerqué hasta la tienda de fotografía, estaba abierta y podía ver como Ed desde la puerta del establecimiento observaba la tremenda lluvia. Me conoció de inmediato y por la mueca que hizo comprendí que no me iba a dar buenas noticias… Hi Ed, ha sido difícil encontrarte. Llegó por fin mi cámara……? Hola amigo…. Noté que estaba ganando tiempo para pensarse la respuesta Bien, bien como decirte…….., ha habido problemas……mi contacto, tu sabes? Que tipo de problemas?..... Llevo 4 días en Nueva York sin comprarme una cámara porque me aseguraste que la tendría aquí a lo sumo en dos días. Si hasta me ibas a hacer el cargo a la tarjeta…..230 euros Lamentablemente….Tu sabes?... ya no va a poder ser ese precio…hasta cuando estarás en la ciudad? Hasta el jueves…. Imposible tenerla antes del viernes….. Comprendí que me estaba dando largas y que como ya sospechábamos no se trataba de un negocio limpio, no era razonable encontrarla a mitad de precio . Sin despedirme, salí de la tienda decepcionado y fui caminando por la Quinta Avenida mirando todos los escaparates de tiendas fotográficas, en todas ellas el precio de la cámara era siempre superior a 450 euros. Me encogí de hombros y acepté que me iría de la ciudad sin hacer ninguna foto. Quien me iba a decir que gracias a Jesús y Enrique encontraría la dichosa cámara en una tienda próxima al Apple Center por poco más de 200 euros, aunque fue la última noche de estancia en la ciudad y sólo pude hacer tres fotos de mis amigos a la mañana siguiente en el aeropuerto, eso si muy bien hechas. Empapado llegué al hotel, ya tenía ganas de soltar las bolsas con las compras que por la mañana realicé en Chinatown, me di una ducha caliente y descansé un rato mientras esperaba noticias de mis amigos. Llegó un mensaje de Josemi al móvil. …Te esperamos a las 20.30 h. en el cruce de Broome con Wooster, cenamos en el Soho. Miré en el plano y me pareció que se podía llegar fácilmente en el metro. Salí a la calle y me sentí maravillado de caminar con soltura sólo por Nueva Yok. A las 20.20 h ya estaba en el Soho, ya había dejado de llover y el ambiente era espléndido, los cafés y restaurantes rebosaban de gente y me detuve unos minutos en observar cada una de las personas que poblaban la calle. Me quedaban unas cuantas calles hasta llegar a Broome con Wooster y ese recorrido lo hice corriendo. Pude contemplar la típica arquitectura de hierro del Soho, me pareció estar metido en una película. Cuantas caras tiene esta ciudad pensé entusiasmado Llegué por fin al cruce de calles y ahí estaban parte de mis amigos. El resto llegaba al rato cargados de bolsas. Me contaron como por un despiste acabaron todos desperdigados por el Village ; Josemi tenía un doble en Nueva York que además era muy inquieto , todos le tomaron como referencia y le siguieron de tienda en tienda mientras el original esperaba a la puerta de otro establecimiento a que los demás terminasen de comprar. Una vez se dieron cuenta del error, se dispusieron a buscar al verdadero Josemi y acabaron todos perdidos. No es de extrañar con tanto trajín que Enrique comprase unos zapatos los dos del mismo pie. Tocaba decidir donde íbamos cenar, yo pensaba que lo haríamos en el Soho, así estaba planeado pero por la tarde se decidió que era más conveniente buscar otra zona más barata. Miré la guía y propuse algunas alternativas …Que os parece “Corner Bistro”? está cerca, en el Village y aseguran que se sirven posiblemente las mejores hamburguesas al carbón de Manhatan…. ….Al Village otra vez? pero si venimos de alli…… dijo Jesús, proponiendo cualquier tratoria en Little Italy.. ….Recordad que algunos de nosotros ya comimos hoy en un italiano …Y si vamos a cenar a Coney Island?..... dijo Enrique. Yo tenía buenas referencias del “Corner Bistro” y seguí erre que erre …..Carlos, la guía indica que es un local muy pequeño, somos diez y no tenemos reserva, vamos a ir para nada………insistió Jesús Se hacia necesaria una votación popular y como ya comenté hoy cada cual decidió proclamar su propia república … Votos a favor de hamburguesa? Levantamos el brazo y empezamos a contar…. uno, dos, tres, cuatro y cinco. Votos para italiano? Se repite la operación…uno, dos, tres, cuatro, cinco….SEIS Y SIETE….. Ein? Como es posible ¿ si somos diez como es que hay doce votos? Quienes votaron dos veces?? Isa y Almu se excusan explicando que levantaron dos veces el brazo, que si a uno y que no a otro…. Y si vamos a un McDonals?...dijo Sole sonriendo Decidimos movernos y cenar por esta noche en cualquier sitio decente que encontráramos por el camino. Encabezaban el grupo Josemi, Enrique y Jesús, a unos metros Sole, Virginia, Joaquín y yo y rezagados Almu, Isa y Eloy. Recorríamos una avenida ancha y desierta, en la que la mayoría de los locales ya estaban cerrados, los primeros a los que ya se habían unido Virginia y Joaquín, llevaban buen paso y nos estaban cogiendo una gran delantera. Sole y yo pasamos delante de un local que permanecía abierto y en plena actividad, tenía unos grandes ventanales desde donde se apreciaban los carteles con los posibles menús…. Ensaladas, arroces, pizzas, hamburguesas, costillas…. Cómo es posible que éstos no lo hayan visto? Que pinta tienen las ensaladas !!! dijo Sole. Los últimos del pelotón llegaron a nuestra altura y tras un vistazo al local les pareció un lugar perfecto para cenar. Eloy con señas y gritos se encargó de avisar al resto, mientras Sole, Isa , Almu y yo nos apresurábamos a ocupar las tres mesas que quedaban libres. Cada una tenía adosados cuatro asientos atornillados al suelo por lo que necesitábamos precisamente ese número. La camarera ya estaba dispuesta a tomar nota cuando llegan los demás…. Que nosotros hemos decidido ir a “Corner Bistro”, nos apetece una hamburguesa…. Todavía cuando lo recuerdo digo Ein? Ein? Ein?...Empecé a escupir sacos y culebras por la boca y más cuando me dijeron que debía estar más atento, que se había comentado el cambio de planes pero que yo como siempre debía estar despistado. Acabé montando un señor número en la puerta del local indicando que estaba de cambio de planes hasta el gorro y que a partir de ahora grabaría cualquier conversación para saber quien no se entera. Si hay algo que me irrita es tener eterna fama de despistado y son los demas quienes van siguiendo a dobles Sole, Isa, Almu y Eloy tuvieron bastante con el incidente por hoy y regresaron a su hotel sin cenar y yo continué con mi sonora bronca camino de la hamburguesería. En el 106 W.Houston St. encontramos un restaurante que llamó nuestra atención; ARTURO´S, había música de jazz en directo y parecía un lugar muy acogedor. Preguntamos si había mesa para seis y nos pidieron aguardar tan sólo unos minutos. Yo seguía enfadado y durante la espera bajo los plátanos que había apostados en la calle continué echándoles un buen rapapolvo. Todos me miraban confusos, sin entender el motivo de mi enfado y eso aún me encendía más. Muy bueno tenía que ser el restaurante cuando al poco rato de sentarnos mi mal humor ya había desaparecido. Fuimos atendidos por el dueño que se esmeró para que nos sintiéramos especiales, tanto que hasta nos dedicó una canción de letra improvisada con la música de New York New York . Recuerdo los distintos tipos de cerveza, la enorme y fresca ensalada, la pizza de anchoas y los roviolis al vocka como verdaderos manjares. Antes de salir del restaurante, fui al baño. En él, las paredes se utilizaban como pizarras en las que los clientes escribían sus pensamientos o deseos . En el lavabo ordenadas perfectamente en una caja había distintas tizas de colores. Tomé la tiza roja…………

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